domingo, 29 de noviembre de 2009

el agua como recurso

El agua como recurso vital
Desde el punto de vista físico, el agua es un “cuerpo” que existe en gran cantidad sobre la superficie terrestre; según cálculos, cubre las tres cuartas partes de nuestro planeta. Como “cuerpo”, el agua puede presentarse en diversos “estados”: líquido (eg: ríos), sólido (eg: glaciares) y de vapor (eg: nubes).
Todo esto significa que los estados físicos del agua pueden dar lugar al planteamiento de problemas cuya solución debe preocupar a los distintos operadores jurídicos. Debemos tener muy presente que el agua sostiene todas
las formas de vida, a saber: la humana, la flora y la fauna. Aproximadamente el 70%
de nuestro cuerpo está compuesto por agua. Por otra parte, existen 1400 millones de km3 de agua en todo el planeta, respecto del cual el 97 % es agua salada y casi el 3% es agua dulce. De esta última, debemos expresar que el 68% se encuentra en polos y glaciares, mientras que el 0,8% es permafroso, es decir, está en suelos congelados. Dentro de ese universo, sólo poco más del 30% en nuestros días es apto para el consumo y se halla bajo tierra y, solo el 0,4% sobre la superficie y en
la atmósfera.
El agua no sólo sirve para la satisfacción de determinadas necesidades humanas, sino
que esencialmente es la base de todo ecosistema y del ambiente en general. En función
de ello, ha sido regulada por el hombre en forma sectorial, fragmentada desde sus funciones de riego, agua potable, energía, etc., y recién desde hace algunos años desde lo ambiental. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo reunida en Río de Janeiro en 1992 incluyó en su temario la protección de las aguas dulces y su calidad, en especial los criterios integrados para la puesta en valor de la gestión y la utilización de los recursos hídricos. Allí se destacó la
importancia de la planificación y gestión para mantener la provisión adecuada de agua
de buena calidad y, entre otras cuestiones, proteger las funciones hidrológicas de los ecosistemas.
La Observación General N 15° sobre el derecho al agua, adoptado en noviembre de
2002 por el Pacto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) marca un
hito en la historia de los derechos humanos y, particularmente, sobre este vital recurso natural. Por primera vez, el agua es reconocida como un derecho humano fundamental, y los 145 países que ratificaron el PIDESC se encuentran ahora obligados a asegurar progresivamente que todos sus habitantes tengan acceso al agua potable y segura, de forma equitativa y sin discriminación.
Este derecho humano al agua se encuentra íntimamente relacionado con el derecho a un
medio ambiente sano, el que conlleva la necesidad de velar por el suministro adecuado
de agua limpia potable, la creación de condiciones sanitarias básicas, y la prevención y reducción de la exposición de la población de factores ambientales perjudiciales que afectan directa o indirectamente la salud.
En una gran parte de nuestro país, y en el mundo, el agua es un recurso escaso. En las décadas próximas, este recurso vital adquirirá cada vez mayor trascendencia en la política internacional y, potencialmente, cada vez mayor valor estratégico y económico.
La gestión hídrica requerirá, además, el manejo integrado del recurso por unidad
de cuenca, asegurando su uso racional y la protección de su calidad. El manejo sustentable de las aguas es también la clave para el desarrollo de las zonas áridas del país.
El variado ambiente físico del territorio argentino, ofrece ejemplos de las hipótesis
de aguas en estado sólido. En las regiones australes, parte cordillerana, existen numerosos glaciares que, por la riqueza que representan y por la importancia que tienen como reguladores del caudal de lagos y ríos, en día no lejano darán lugar a controversias que deberán ser resueltas en el campo del derecho, tal como ya está ocurriendo en algunas legislaciones extranjeras y en la doctrina en general; el fenómeno de la congelación del mar territorial se presenta en la región de islas “Orcadas”, situadas en la zona antártica.
Hoy en día muchos gobiernos locales están recurriendo a las privatizaciones de
los servicios públicos para solucionar sus problemas financieros, y parece ser que el
suministro de agua no ha logrado escapar a eso (...)
(Por Mariana Catalano y Mariana García Torres, "Comentario al veto sobre el proyecto de ley de protección de glaciares", publicado en La Ley, el 5 de marzo de 2009)

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